lunes

uno, dos y tres

Como no me prestas ni si quiera una palabra para empezar, lo siguiente no es personal, es una letra al azar, un mal estar general.

Pues no haces más que provocar mareas que vienen y van, que vienen y se van, que empiezan sacudiéndolo todo desde la primera partícula de bello que pueden encontrar, perfilando cualquiera de mis extremidades, hasta la esquina más intima de mi sistema interior central.

Dímelo miedica, dime que hay hielo, que se está helando la distancia de cordialidad que nos guardamos por mutuo acuerdo inexistente. Es que me sumerjo, cierro las persianas para que no entre tu luz, aprieto con fuerza aquello que no se puede romper, me convierto en aceite para esquivar tu agua…

Y acabas entrando escarabajo, te tiras a mi densa piscina con los ojos cerrados, y es que te vas a dar tal coscorrón contra mi caparazón que vas a salir disparado, vas a llegar a Singapur en cohete, y una vez allí rezarás una y mil veces convertirte en un fantasma, para poder esconderte tras tus sábanas mientras yo me sigo enredando en mi edredón.

Dímelo gallina, dime que hubo un incendio, que solo quedan cenizas, que quemaste hasta el último rastro de afecto, hasta el último pétalo de vida. Da la cara, no te escondas bajo la excusa de mi inexistencia, hazme ver que solo hay fuego y dejaré de escupirte así.

domingo

I will follow you into the dark

Hacía mucho tiempo que pensabas en él más que en tu propia vida, hacía mucho tiempo que dejó de interesarte Platón en clase de filosofía, mucho tiempo perdido…

Y entonces, aquella tarde, te cogió de la mano, sin decirte nada, ibais caminando y agarró tu mano mientras los demás hablaban del frío que hacía y se reían de un hombre que hacía malabares con 5 plátanos y una cobaya. De modo que absolutamente todo lo material perdió importancia para ti, dejaste de ser una masa corporal vestida que formaba parte de la densidad de población de una ciudad, dejaste de ser la persona que se levantaba cada día a las 8 de la mañana para ir a estudiar, la persona que hacía la compra en un supermercado, la persona que era feliz cuando comía spaghetti en casa de su abuela, dejaste de ser todo eso para convertirte en el sentimiento más grande del mundo, solo tú y tu mano fuisteis más grandes que el sistema solar.


Esta noche he soñado lo que acabo de contar. Y envuelta como un gusano en mi edredón, he descubierto el poder que tienen los sueños para el porvenir.

jueves

Miss Unhappy

Ya he visto como te has escondido en la floristería cuando me has notado llegar, como has besado los labios verdes de Mario y cómo le has susurrado que le amas desde que te regaló la cicuta venenosa por tu cumpleaños. Yo lo siento, siento haber llegado justo ahora que ibais a comprar pintura turquesa para pintar el interior de la tienda, ya me han dicho más de una vez que soy imprevisible y de lo más toca-pelotas, pero no es mi culpa que estés a punto de cruzar la calle sin mirar, y por desgracia tampoco es mi culpa que no puedas oírme pequeña.
Debería plantearme el enviar un telegrama antes de mis visitas, no sé si sería una buena idea.

Pensamientos de La Muerte un martes por la tarde de primavera.

martes

...before tomorrow

Trato de intentar comprender qué es lo que llevo entre manos desde hace tiempo, qué demonios es lo que aparece por mi cabeza últimamente de manera intermitente. Busco averiguar por qué la cotidianidad se viste de azul añil cada mañana y con su galantería consigue deslizarse por cada uno de mis pensamientos. Debo decir que no lo evito, que intento que entres con facilidad en mi corazón, y es que el pobre se siente tan solo entre 4 costillas, tan mediocre siendo un órgano más, que me suplica cada día que trastee con él. Ya lo sabes (o eso creo) te voy construyendo unas escaleritas mecánicas para que, si decides venir, no debas realizar ningún esfuerzo. De todos modos, debo advertirte de que soy un escaparate con los cristales sucios, cada semana cambio la repostería, la anterior eran bombones de navidad y ésta bizcocho alemán, así que cuidado, huelo a húmedo y a antiguo, pero sigo ahí, aun con polvo encima, sigo ahí.
(Si bueno, los sueños son realidad al fin y al cabo)

jueves

Time goes by

Estoy aquí sentada, en el patio interior de mis sueños, un rayo de sol se clava en mis párpados cerrados, calentando las pupilas, una guitarra suena mientras miro las nubes corretear por el cielo y los átomos del aire huelen a chocolate con leche. Toni aun no ha llegado pero yo creo en mí, y sé que vendrá, por eso estoy tan contenta esta mañana. Pasan los minutos, emigran los pájaros, lloran las horas y se marchitan las rosas… es de noche y ya está aquí.
Hoy está más guapo que nunca, y lo sabe, pero algo quema en él, parece triste, y es que creo que viene a despedirse.

_ ¿Por qué vas a decirme que ya no me quieres?, ¿Y lo vas a hacer de este modo? ¿Tan a propósito?, ¿Llevando este perfume que tanto me gusta? Ayer me querías Toni, no puedes dejar de quererme de la noche a la mañana.
_Lo que no puedes hacer tu, Elena, es ver que me voy cada vez que llego. Ese es tu problema, que incluso soñando te da miedo que se acerquen a decirte que te quieren. Y esa era mi intención, iba a decirte a propósito, que te he echado de menos todo el día.