lunes

Borracha, de mentira.

Encontré al hermano de mi progenitor más cercano. También encontré al cielo, haciendo travesuras y dibujando la perfección, me enseñaba que yo no sabía la verdad de la pirámide de la vida. No, la vida no es maravillosa en estos momentos, es realmente precisa y acertada, es de acuerdo con la verdad: realidad.
Hablas de de los ritmos de una hora, cuando yo a penas te escucho. Pareces la bruja de mi historia personal. No hay fuerza suficiente en la esencia del alcohol para tener frío o calor, y esta noche parece especial, por que es pasada y está tan solo encuadernada, escrita en silencio.
No leo a penas, pero aun me acuerdo de teclear.
La vida es decadencia, a pesar de lo prohibida que esta parece estar. Soy tan feliz que no hay cielo en esta habitación de color púrpura, el cielo más cercano está en lo alto del cerebro humano.
Me llamo Elena y voy a primero de batxillerato humanístico, soy tan pequeña que digo la verdad y jamás me he sentido tan llena como esta noche. La matriz lo quiso así, me quiero y me gusta tocar las pupilas dilatadas de este despertar tan y tan eterno. Lo negro es gris. Y me acuerdo del daño que me has hecho sin querer, por que este año no he sido importante en tu vida, yo tengo la respuesta en el silencio, no me tomo la vida en serio, y estoy harta de resumirlo todo con la palabra vida, absurda y esencial, junto con los deseos de aprender a silbar para fuera, dejar de fumar y encontrar trabajo, pido a quien quiera que me esté escuchando, que me ayude a tomarme la vida en serio este redondamente precioso 2008, todo va a seguir su ritmo, cada minuto que pase yo aprenderé a sonreír, a sonreír…o callar.

domingo

Casa Negra

Me siento suspendida en la transición de algo pasajero. Sentada en la silla de un instante intermitente, negro cuando abro los ojos, blanco cuando los cierro.
Corro tras una esquina, aun que de paredes carezca. Es un tubo espiral, donde encajan cabezas cuadradas. ¡Mi cabeza está cuadrada!

Últimamente puedo palpar los momentos vacíos, y no encuentro arena para rellenarlos, ni si quiera madera para tapar un agujero, ni siquiera pintura ocre, para no darme cuenta de que falta algo este otoño… no soy capaz de pensar y dar con ello. En lo más profundo de mi hipodermis algo no quiere hacer las paces con mi ciudad. Paseo entre la mentira y la farsa, y si ves mi dedo señalarte, es por que me gustaría estar enamorada de ti. Pero no hay tal suerte, no brotan flores ni se escuchan aplausos cuando crece la distancia entre mi barbilla y mi nariz.

Sin embargo al final de cada calle, está
Humphrey Bogart, y me aconseja que no olvide nunca lo que me dice. Pero yo lo olvido, por que no me acuerdo de coordinar intención con memoria, y dejo las cosas buenas hundidas y desechas entre adoquines.

Y subo a casa, rebufando y rebufando, cantando moonriver… o esperando poderla cantar algún día, por que sé que no tengo una buena base para la trama que estoy cosechando, pero soy rica en campos y mucho más en horizontes, y eso nunca lo olvidaré.

Así que así soy yo cuando acaba una etapa de mi vida, nerviosa, neurótica, infantil y cabezona.
Dejaré atrás el positivismo y la seriedad, y esperaré a que llegue un bonito amanecer… o una profunda y larga noche.

Resfriado

No lo intentas y no puedes ser dulce. Tus ojos no quieren decir más que los míos cuando te vieron por primera vez.
Pinchas y no lo sabes. Eres un nopal, pero solo tienes garras en el cogote. Por eso no lo ves. No sientes que me pinchas.
Vas desapareciendo. Como una nube negra que llueve en mi, y luego, difuminada en un cielo azul, no dice adiós.

Recuerdo que hablaste de ti. Me mirabas y sabías que estábamos solos. Yo no conocía a nadie más, solo a ti, te quise conocer y… tu me conociste sin querer. Estábamos solos y me hablaste de ti. Es de noche cuando lo recuerdo, era de noche cuando me dijiste que volveríamos a vernos. Recuerdo que hablaste tan solo de ti.

Eres homogéneo. Como el nescafé disuelto en leche caliente. Sin embargo últimamente hace frío y creo que te has congelado en mí. Como un pingüino en una isla tropical, te has congelado y no tienes alas para salir volando, para decirme adiós.

Lo más divertido es que cuando me enamoro de la idea de enamorarme, nadie tiene voz en mis sueños.
Y tú…tú estás en tu lámpara.

¡Aparece!

miércoles

Geografía

Empezar por el centro es tan sencillo cuando respira con su gran nariz de sal. Depositada en la mitad de lo precisamente paralelo. Y si con nuestros dedos cruzamos cualquier carril hinchado, llegamos al sonido de la textura del bello de unas orejas.

Es cuadrado, pero tiene una golosina debajo de su respiradero de sal. Golosina mojada de amor…vana información.

Decadencia en sus ojos terriblemente verdes, terriblemente opacos que no dejan de mirar aquello que no podemos tocar. Sin embargo solo vemos hilos entrecruzados que necesitan dedos que los marañen.

Hay 7 días de viaje por su cuello, entre su rostro que es mar y su cuerpo arena. Entiéndeme, mundo, cuando te insisto, en que una tez clara con virutas de vida no se olvida fácilmente. Estoy segura de que al final sus ojos encontraran mi centro, mi centro de azúcar.
Y entonces no diré nada más.