lunes

Ich bin Wien


Hoy querría ser Viena, situarme a orillas del Danubio y saber hablar alemán. Variaciones y soledades. Pianos de cola en cada plaza escuchan cómo suenan antiguos clavicordios al ritmo de Dido y Eneas. Nunca hay prisas ni sorpresas, yo soy mi ciudad, la más elegante del planeta, soy mi cementerio cuando llueve y mi parque cuando pica el sol. Variaciones y soledades. La sangre de Viena es blanca como la nieve más pura, una vez al año esquiva el verano y atrae un frío musical que convierte los adoquines en reflejos del alma. Qué bien luzco desde la península, vestida de beige con un lazo burdeos en la cintura. Variaciones y soledades